Un carpintero y sus ayudantes viajaran en
busca de un material para la construcción.
Vieron un árbol gigante: cinco hombres tomados de la mano no podían abrazarla y
su parte superior era tan alta que casi tocaba las nubes.
- No perdamos nuestro tiempo con este árbol - dijo el maestro carpintero. -
Para cortar, vamos a tomar un montón de tiempo.
- Si queremos construir un barco se hundiría, tan pesado que es su tronco. Si
decidimos utilizarlo para construir un techo, las paredes tendrán que ser
especialmente reforzada.
El grupo siguió adelante. Uno de los aprendices comentó:
- ¡Un árbol tan grande y no sirve para nada!
- Te equivocas - dijo el maestro carpintero.
- Ella fue diferente, hizo mejor que los demás.
Si fuera como cualquier otro, ya habríamos cortado.
Pero ¿por qué tuvo el coraje de ser diferente, permanecerá viva y fuerte
durante mucho tiempo.
Siempre debemos tratar de tener algo grande, que siempre pueda
diferenciarnos.
Un conocimiento más profundo, una habilidad específica, una visión, algo que la
gente respeta y que no pueden demoler.
Piense cuál es su área de excelencia y que pueden diferenciarse de los demás, e invierta en esto.
¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante de los reyes estará;
No estará delante de los de baja condición. Proverbios 22:29