Eres importante para Dios, eso es un
hecho indiscutible.
Es muy probable que en algún momento
de tu vida pienses o sientas la tentación de pensar que no eres lo
suficientemente importante.
Pero debes saber que aunque no seas
importante para nadie, eres muy importante para Dios.
Y el Señor Jesús ha cuidado de ti de
tal manera que su atención se centra en tu vida. Él te ama de una manera
intencional y práctica.
El amor de Dios se demuestra en la
práctica
En otras palabras, Jesús no se limita
a decir que nos ama.
Deja claro su amor por nosotros.
El texto de Juan 15:19 muestra
que el Señor Jesús nos ama con la misma intensidad con la que el Padre le amaba
a él.
Y Jesús nos ama y quiere compartir con
nosotros su presencia, su reino, su amor y su afecto.
A menudo nos sentimos desamparados,
pero ese sentimiento es totalmente erróneo.
Al fin y al cabo, ¡Jesús nos ama!
Ante esta prueba de tanto amor,
nuestro reto es permanecer en ese amor.
Porque cuando llegan resultados
adversos, queremos abandonar el amor y la relación.
Sin embargo, mi consejo para ti es que
permanezcas en el amor de Jesús, permanece en su presencia y confía en Él.
Tú eres importante para Dios.
Guárdalo en tu corazón.
Que esta afirmación alimente tu fe,
¡al fin y al cabo es la verdad!