MARCOS 10
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y
una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al
camino mendigando.
47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir:
!!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
Bartimeo, no podía ver, mas es cierto que el escucho que Jesús hacia
milagros.
Y por supuesto no quiso perder la oportunidad de ser curado, cuando el oyó que
Jesús venia empezó a clamar.
Es lo mismo que usted debe hacer se desea un milagro,
clamar, se acercar a Él.
48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más:
!!Hijo de David, ten misericordia de mí!
Vea que interesante, mientras él era ciego, nadie lo ayudo, cuando
quiso ser curado la gente mandaba que él se callara.
Piense, cuando usted está enfermo, con problemas
económicos, nadie le extiende la mano.
Sin embargo cuando resuelve buscar a Dios, venir a la iglesia, aparece mucha
gente para criticar, diciendo en otras palabras, que usted se quede callado.
49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego,
diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
Bartimeo no hizo caso a nadie, a ninguna palabra negativa, él quería un milagro
y llamo la atención de Dios.
Haz lo mismo
50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
El arrojo lo más precioso que tenía su capa, pues era mendigo, y en la capa un
mendigo carga todo lo que tiene.
¿Quiere usted se acercar a Jesús y lograr un milagro?
Arroje lo que te prende, orgullo, dudas, mentiras,
resentimientos, etc.
51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le
dijo: Maestro, que recobre la vista.
Mire la pregunta: ¿Qué quieres que te haga?
Jesús sabía lo que el necesitaba, más quería escucharlo, ver su fe.
Diga para Jesús ahora que desea usted lograr, cual es
el milagro que desea recibir.
52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la
vista, y seguía a Jesús en el camino.
El uso la fe y fue curado.
Pero él no fue apenas curado.
Después del milagro el siguió al Señor Jesús.
Te pregunto:
¿Quiere apenas un milagro, o desea
usted también seguir al Señor Jesús?
¿Desea un vaso con agua o la fuente?
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