miércoles, 26 de septiembre de 2012

AYUDE A LOS DEMÁS A VENCER



Hace algunos años, en las olimpíadas para personas con discapacidad de Seattle, también llamadas "Olimpíadas especiales", nueve participantes, todos con deficiencia mental, se alinearon para la salida de la carrera de los cien metros planos.


A la señal, todos partieron, no exactamente disparados, pero con deseos de dar lo mejor de sí, terminar la carrera y ganar el premio.


Todos, excepto un muchacho, que tropezó en el piso, cayó y rodando comenzó a llorar...
Los otros ocho escucharon el llanto, disminuyeron el paso y miraron hacia atrás.

Vieron al muchacho en el suelo, se detuvieron y regresaron... ¡Todos!


Una de las muchachas, con síndrome de Down, se arrodilló, le dio un beso y le dijo: "Listo, ahora vas a ganar".

Y todos, los nueve competidores entrelazaron los brazos y caminaron juntos hasta la línea de llegada.


El estadio entero se puso de pie y en ese momento no había un solo par de ojos secos.

Los aplausos duraron largos minutos, las personas que estaban allí aquél día, repiten y repiten esa historia hasta hoy.


¿Por qué? Porque en el fondo, todos sabemos que lo que importa en esta vida, más que ganar, es ayudar a los demás para vencer, aunque ello signifique disminuir el paso y cambiar el rumbo.


Porque el verdadero sentido de esta vida es que todos Juntos Ganemos, no cada uno de nosotros en forma individual.


Ojalá que también seamos capaces de disminuir el paso o cambiar el rumbo, para ayudar a alguien que en cierto momento de su vida tropezó y que necesita de ayuda para continuar.

 

Creo que nos hace falta disminuir el paso y cambiar de rumbo y sobre todo que esto no sea un proyecto individual, sino colectivo, entre todos seguro que podemos...

 

lunes, 24 de septiembre de 2012

DIOS JUSTO



Alegad por vuestra causa, dice El Señor; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. Isaías 41:21

 

Todo ser humano tiene algo a pedir a Dios, una causa.


Es como cuando uno va a la corte, reclamar por una causa, tenemos que presentar a causa, más tenemos que presentar también las pruebas para ganar aquella causa.

En el tribunal de Dios funciona igual.
¿Cuál es su causa?
Familia destruida, miseria, deudas, depresión, enfermedades, etc.

La pregunta es:
¿Cuáles son sus pruebas, para que Dios realice el milagro?
¿Que está haciendo usted, para cambiar esta situación?

Piense en esto, Dios quiere juzgar su causa, más El necesita de pruebas, para operar el milagro.

 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

CÍRCULO DEL ODIO



Un importante señor gritó al director de su empresa, porque estaba enojado en ese momento.
El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado, porque había un abundante almuerzo en la mesa.
Su esposa gritó a la empleada porque rompió un plato.
La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque estaba obstaculizando su salida por la puerta.
Esa señora fue al hospital para ponerse la vacuna y que le curaran la herida, y gritó al joven médico, porque le dolió la vacuna al ser aplicada.
El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado.


Su madre, tolerante y con un manantial de amor y perdón, acarició sus cabellos diciéndole:

“Hijo querido, prometo que mañana haré tu comida favorita. Tú trabajas mucho, estás cansado y precisas una buena noche de sueño.

Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas, para que puedas descansar en paz. Mañana te sentirás mejor.”


Bendijo a su hijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos…


En ese momento, se interrumpió el CÍRCULO DEL ODIO, porque chocó con la TOLERANCIA, la DULZURA, el PERDÓN y el AMOR.


Si usted es uno de los que ingresaron en un CÍRCULO DE ODIO, acuérdese que puede romperlo con TOLERANCIA, DULZURA, PERDÓN Y AMOR.


Proverbios 12:18 “Hay quienes hablan como dando estocadas de espada: Mas la lengua de los sabios es medicina.”

 

Proverbios 19:11 “La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa”

 

Proverbios 15:1 “La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor”

 

Proverbios 10:14 “Los sabios guardan la sabiduría: Mas la boca del loco es calamidad cercana”

 

lunes, 17 de septiembre de 2012

UN SOLO DIOS



Este mensaje, creo no hay mucho que explicar.
Basta uno leer y usar su inteligencia, para darse cuenta de la realidad.

Salmo 115
3 Nuestro Dios está en los cielos;
Todo lo que quiso ha hecho.
4 Los ídolos de ellos son plata y oro,
Obra de manos de hombres.
5 Tienen boca, mas no hablan;
Tienen ojos, mas no ven;
6 Orejas tienen, mas no oyen;
Tienen narices, mas no huelen;
7 Manos tienen, mas no palpan;
Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.
8 Semejantes a ellos son los que los hacen,
Y cualquiera que confía en ellos.

Por eso hay muchas personas, que sus vidas están como estatua.
Nada cambia, nada acontece, infelizmente están muertos espiritualmente.

Mi amigo, mi amiga, abra sus ojos, no se deje engañar, ponga toda su FE en el único y verdadero Dios.

 

Pues El mismo dijo: 

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.  Juan 14:6

 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

¡SU PAZ INTERIOR DEPENDE SOLAMENTE DE USTED!


Cuenta la leyenda que un hombre anciano y sabio, era un maestro de la paciencia, y era también capaz de derrotar a cualquier adversario.
Una tarde, un hombre conocido por su total falta de escrúpulos apareció con la intención de desafiar al maestro de la paciencia.
El anciano aceptó el reto y el hombre empezó a insultarlo.

Llegó a tirar algunas piedras en su dirección, le escupió y gritó al sabio todo tipo de insultos.
Durante horas hizo todo para provocarlo, pero el anciano permaneció impasible.

Por la tarde, exhausto y humillado, el hombre se rindió y se retiró.

Impresionados, los estudiantes querían saber cómo el maestro había podido soportar tanta indignidad.

El maestro le preguntó:
- Si alguien viene a ti con un regalo y ustedes no lo aceptan, ¿a quién pertenece el obsequio?
- Quién intentó entregarlo - dijo uno de los discípulos.

- Exactamente. Lo mismo vale para la envidia, la ira e insultos.

Cuando no se aceptan, continúan perteneciendo a quien llevaba.

Su paz interior depende solamente de usted.
La gente no puede quitar la calma.
Sólo si usted permite ...

 

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27

 

lunes, 10 de septiembre de 2012

EQUILIBRIO



No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte? Eclesiastés 7:16

Equilibrio es algo muy difícil de encontrar en un ser humano e incluso en los siervos de Dios.

Algunos quieren servir a Dios y también al mundo.

Otros son muy restrictivos, y colocan una carga sobre sí mismo y lo peor a veces sobre los demás también.

La palabra de Dios es clara, no seas demasiado justo, no crea que es perfecto.
El único que sabe todas las cosas.
Aquel que tiene que hacer todo, creyendo que los demás no tienen condiciones.
Queriendo hacer el papel del Espíritu santo.
Siempre el dueño de la razón.

 

Y por cualquier razón, condenando a sí mismo.

Tenga en su mente errores todos cometimos, no somos perfectos, claro no voy a vivir en el error, pero recuerde usted es ser humano y está sujeto a errores.

Te doy un consejo trate todo con más equilibrio, bendecirá su vida y dará un excelente testimonio para los que se encuentran a su alrededor.

Pues si usted sigue así, Destruirás a ti mismo.

 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

COSAS QUE ROBAN NUESTRA ENERGÍA



Cuenta la historia que un hombre estaba caminando por la carretera y llevaba una piedra en una mano y un ladrillo en la otra.
En las espaldas, una bolsa de arena.

En el camino, encontró a una persona que le preguntó:
- Te ves tan cansado!
¿Por qué llevas esta pesada piedra en la mano?
- Es extraño - dijo el viajero - pero nunca me había dado cuenta ... que llevaba.
Luego tiró la piedra y se sintió mucho mejor.

Así, otra persona se acercó y le preguntó:
- Dime, viajero, ¿por qué llevas esa bolsa de arena en la parte posterior
- Vaya, no me di cuenta que me estaba llevando este peso ...


Uno por uno, los que estaban allí decían que el hombre se deshiciera de sus cargas innecesarias, y una a una fue dejando hacia tras.

Por último, se convirtió en un hombre libre, liviano, y camino con mucho más facilidad.

¿Cuál era realmente el problema de él?


La piedra, el saco de arena?
¡No!


Su problema era la falta de conciencia de su existencia.
Una vez que él vio que eran las cargas innecesarias, se deshizo de todo muy rápidamente y ya no se sentía tan cansado.


Este es el problema de muchas personas que llevan cargas sin darse cuenta. No es de extrañar que estén tan cansados!
¿Y cuáles son algunas de las cargas que pesan en la mente de un hombre y le roba el poder?
Son cosas como el cultivo de pensamientos negativos, culpando a si mismo y acusando a los demás o creer que ya no hay salida.

Todo el mundo tiene un tipo especial de carga que se roba la energía. 

 

Cuanto antes comience a deshacerse de ella, más pronto se sentirá mejor y más rápido para caminar.

"...despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante," Hebreos 11:02

 

lunes, 3 de septiembre de 2012

EMPEZARON BIEN Y TERMINARON MAL



Comienzo de Lot: Y se fue Abram, como El Señor le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán. Gen 12:4

Fin de Lot: Y las dos hijas de Lot concibieron de su padre. Y dio a luz la mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-ammi, el cual es padre de los amonitas hasta hoy. Gen. 19: 36-38

Comienzo del Rey Asa: Durmió Abías con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David; y reinó en su lugar su hijo Asa, en cuyos días tuvo sosiego el país por diez años.  E hizo Asa lo bueno y lo recto ante los ojos del Señor su Dios. 2 Crónicas 14:1-2

Fin del rey Asa: En el año treinta y nueve de su reinado, Asa enfermó gravemente de los pies, y en su enfermedad no buscó al Señor, sino a los médicos. Y durmió Asa con sus padres, y murió en el año cuarenta y uno de su reinado. 2 Crónicas 16: 12-13

Comienzo del rey Saul: Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido El Señor por príncipe sobre su pueblo Israel? 6 Entonces el Espíritu del Señor vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. 1 Samuel 10: 1 y 6
Fin del rey Saul:
Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella.  1 Samuel 31:4

domingo, 2 de septiembre de 2012

El ganso Didi



No vuele solo, deje su orgullo de lado y siga a su líder.
 
En el tiempo en que el continente africano era habitado solo por dos tribus, hubo un problema grave en el bosque de Gana.
Un incendio terrible comenzó en el horizonte, las llamas esparcidas por el viento, fueron formando un círculo que debía ser abandonado antes de que se cerrara y matara a todos los que se encontraran dentro de él.

Los animales nunca antes habían enfrentado una situación tan peligrosa.
Lo peor era que los animales eran desunidos y egoístas. Corrían para un lugar y para otro, en medio del caos buscaban defenderse y a propósito el mayor pisaba al menor.

Llenos de dudas, retrocedían y generaban, con relinchos, rugidos y bramidos, todo ese desastre.
El hecho es que pocos se salvarían.

Necesitaban a alguien con una visión amplia de la situación, que los guiara con seguridad por el camino. Unidos, ayudándose,  tendrían mejores oportunidades de salir de ese incendio horrible.

Cuando estaban exhaustos, y muchos lloraban, miraron para lo alto del monte, donde el fuego provenía de todas partes. Parecía que el círculo se había cerrado.
Bastaba esperar solamente que el fuego llegara para que todos murieran.

En ese instante de angustia, mirando a lo alto, vieron el vuelo de una bandada de gansos liderados por Didi.
Él iba en el frente de esa formación en “V”, luchando contra las dificultades producidas por el calor del fuego y, con pocas probabilidades de vuelo.
Incentivado por los gritos de sus compañeros que iban detrás, Didi, batía sus alas cada vez más fuerte, guiándolos fuera del círculo mortal.

Didi sabía que el ganso que va al frente no está ahí para exhibirse, sino por lo contrario, tiene una gran responsabilidad, pues el movimiento del aire que provoca la formación e “V” de la cuadrilla, al mover sus alas con empeño y fuerza, facilita en un 70% el vuelo de los demás.
Así se conducía, con todo el coraje, venciendo la barrera del humo y el calor, ¡conduciendo a los demás al camino de la salvación!

¡Qué lección maravillosa para ese momento de desesperación.
Esa “V” volando en el cielo era por un lado la “V” de victoria, y por el otro, como una flecha en una brújula mostrando el camino de salida.

Inmediatamente los animales aprendieron la lección y nombraron a la jirafa para guiarlos.
A la cabeza, tendría que mantener sus ojos puestos en los gansos Didi, y todos los demás la seguirían.

Así encontraron la única salida posible y se salvaron todos. Pero, aprendieron una gran lección.
La unión en torno a su líder fue en verdad el secreto de un vuelo seguro, donde lo que viene detrás se aprovechan del esfuerzo del que va al frente.

¿No fue eso lo que Jesús nos enseño? Quien quiere ser el primero debe servir a los demás.
Solo los ciegos por la vanidad del orgullo no entienden y prefieren volar solos.

sábado, 1 de septiembre de 2012

La botija y el alma



Había una vez un rey que envió a su siervo a un viaje: -¿Ves este largo camino, mi siervo? Sigue por él sin desviarte. El reino donde vas está al final del mismo. Por todo el camino llevarás esta botija, la cual entregarás en manos del rey de aquel lugar y recibirás tu recompensa. Así, conforme le fue ordenado, partió el siervo, llevando la preciosa botija, obra prima del alfarero.

El camino se perdía de vista. Atravesaba planicies y ríos. Algunas veces se extendía por lo alto de los montes, otras veces por lo profundo de los valles. Había trechos bordeados con árboles que proporcionaban sombra, pero había otros áridos, castigados por el sol.

Pasados muchos días, el siervo encontró una caravana de gitanos. Estos insistían y acabaron por convencerlo de seguir con ellos. Luego el aprendió el arte de hacer trampa y mentir, fingiendo leer en la palma de la mano el destino de los crédulos incautos. Entre los ociosos, el siervo adquirió el hábito de la dejadez y la pereza.

Engañado y engañando, no vio el tiempo pasar. Un día, como si se acordara de una pesadilla, se acordó de la orden del rey y fue a buscar la botija. La encontró polvorienta y con muchos rasguños. La tomó y volvió al camino. ¡Pero no por mucho tiempo! Le bastó encontrar la primer subida para abandonar otra vez el camino, buscando cruzar la montaña por un atajo.

Haciendo así, terminó en una ciudad donde un templo idólatra estaba siendo construido. El siervo, al que le gustaba mucho el dinero, vio que podría ganar allí mucho dinero. La construcción del templo demoró años. Durante ese tiempo, el adoptó las costumbres locales y se entregó al pernicioso culto a los ídolos y las prácticas paganas. Adquirió nuevos vicios y se prostituyó como era la costumbre de aquel pueblo.

Con el tiempo, se debilitó y enfermó. Perdió todo lo que tenía, fue despreciado y expulsado de la ciudad. En su miseria, se acordó una vez más de la botija y de la orden del rey. Sintió que la última oportunidad de su vida era terminar la jornada y recibir la recompensa.

La botija, cuyos rasguños se habían transformados en rajaduras, estaba abandonada en un rincón. Había perdido todo su brillo y belleza.

Vacilante y cansado, el siervo retomó el camino. Ahora, ya no había gitanos que se interesasen por él, o quién le diese trabajo. El siervo estaba feo, viejo, enfermo y débil.

Con sacrificio llegó finalmente a su destino. Viendo los majestuosos portones, el primer sentimiento que tuvo fue de remordimiento. Desperdició tanto tiempo en nada.

Inmediatamente buscó al rey y le contó su historia. Entregándole la botija, dijo:

-¡Su majestad, esta es la botija! Estoy viejo, cansado y nada tengo en la vida. Os ruego que me concedas la recompensa, para que descanse en paz.

El rey abrió la vieja botija y verificó que estaba completamente vacía.

-¡Pobre hombre! No cuidaste de esta botija, pensando que estaba vacía. En verdad ella traía tu recompensa: el fino y valioso oro en polvo que en ella fue colocado y tu dejaste caer por los rasguños y rajaduras. Si hubieses oido la voz de aquel que te envió, habrías guardado ese tesoro.

Así también fue tu vida. Tu cuerpo era la botija y tu alma es el oro que ella contenía. Dejando el camino en el cual debías andar, adquiriste prácticas malas y vicios, rasgando tu cuerpo con el pecado y la enfermedad, tal como esta botija envejecida.

Las virtudes sublimes, el amor, la bondad, la fidelidad y la obediencia, fueron llevadas de tu alma, así como el oro fue escurriendo de la botija, sin que tu lo percibieses. Hoy no tienes recompensa. Está vacía tu botija como vacía está tu alma.

Sabio es el hombre que guarda su botija, preservando su alma. Tendrá siempre un precioso tesoro del cual vendrá la paz, alegría y la recompensa final: ¡nuestra salvación en Jesús!