Para conocer el valor de un año… pregúntele al
estudiante que desaprobó el examen final.
Para conocer el valor de un mes… pregúntele a la madre de un bebé
prematuro.
Para conocer el valor de una semana… pregúntele al editor de una revista
semanal.
Para conocer el valor de un día… pregúntele a un asalariado, padre de
seis hijos.
Para conocer el valor de una hora… pregúnteles a los novios que esperan
encontrarse.
Para conocer el valor de un minuto… pregúntele a la persona que perdió
el avión.
Para conocer el valor de un segundo… pregúntele a la persona que
sobrevivió el accidente.
Para conocer el valor de una milésima de segundo… pregúntele al
medallista de plata en las Olimpiadas.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.
Efesios 5:15-16
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