Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. Mateo 9:20-22 RVR1960
Esta historia es una de las más bellas de la Biblia.
El primer obstáculo que esta mujer tuvo que enfrentar fue la multitud que rodeaba al Señor Jesús.
Si desea recibir un milagro, debe hacer lo mismo.
¿Cuál es la multitud a tu alrededor?
¿Problemas, dificultades, malos pensamientos, dudas, miedo, desánimo ...?
Venza a todos.
Esta mujer tuvo tres actitudes que fueron fundamentales para que ella lograra el milagro en su vida.
Ella escuchó.
Ella HABLÓ (profetizó)
Ella actuó
Si quieres un milagro en tu vida haz lo mismo.
Has escuchado que el Señor Jesús hace milagros.
Comienza a hablar o profetizar, seré curado, mi vida prosperará, mi hijo está libre de drogas, mi matrimonio será restaurado, profetiza la bendición de su vida.
Y el tercer y último acto no se para con los brazos cruzados, esa mujer caminó para alcanzar al Señor Jesús, la Biblia no dice cuántas horas, cuántos días, pero aún débil ella fue a Él.
¿Qué tienes que hacer para que el milagro ocurra en tu vida?
Tienes que buscar un buen testimonio en tu hogar, ¡así que hazlo!
Tienes que tomar un curso, estudiar un poco más para salir adelante en la vida económica, ¡así que hazlo!
¡Tienes que perdonar para tener más intimidad con Dios entonces!
Debe buscar ayuda profesional para saber cómo manejar su matrimonio o sus hijos, ¡así que hazlo!
Tienes que cambiar tu dieta o ejercicio para ayudar a tu salud, ¡así que hazlo!
Haz lo que se debe hacer para que el poder de Dios se manifieste en tu vida.
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