El de manos limpias y corazón puro; el que no ha alzado su alma a la falsedad ni jurado con engaño. Ese recibirá bendición del Señor, y justicia del Dios de su salvación. Salmos 24:4-5
Podemos ver muchas enseñanzas a través de este verso.
La palabra de Dios nos dirige a ser puros de corazón, a tener las manos limpias, es decir, a no practicar la injusticia y a no guardar ningún resentimiento, odio o amargura en nuestro corazón.
Continúa enseñando, no entregues tu alma a la vanidad.
La vanidad es una preocupación excesiva por la apariencia, la intelectualidad es en realidad narcisismo.
La Biblia dice que no hay que jurar con engaño, hay muchas personas que hacen votos y promesas a Dios y al prójimo y no las cumplen.
Está diciendo que algunas personas que no practican ninguna de estas cosas serán bendecidas y, lo que es más importante, alcanzarán la salvación del Señor.
Así que ojo, es una tremenda enseñanza que todos deberíamos poner en práctica.
Pastor Daniel Santos
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