Dar al otro nuestras "sobras"
Criticar todo el tiempo
No satisfacer las necesidades del otro
Ser egoísta
Mentir
Falta de comunicación
Falta de sexo
Compararse con otra persona
Confiar más en los sentimientos que en los compromisos
Guardar rencor y echárselo en cara al otro
Permitir que disminuya la intimidad
Tomar decisiones sin consultar a su cónyuge
Ver pornografía como si fuera un entretenimiento cualquiera.
El mayor problema en cualquier relación es poner a Jesús fuera de la relación.
Así que mi consejo es que pongas a Jesús en el centro de tu matrimonio y encontrarás la verdadera felicidad.
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