El padre salió para pasear con su hijo, cuando pasaban frente a una zapatería y se dieron cuenta que había un señor regañando el zapatero por el trabajo que este había hecho.
El zapatero humildemente pidió perdón al señor y dijo que iba hacer mucho mejor la próxima oportunidad.
El padre y el hijo salieron de allí y entraran en una cafetería.
Vino el mesero y hablo con un señor, pidiendo si el podía mover un poco su silla, pues estaba en el camino estorbando.
El hombre se puso en pie, empezó a decir groserías y no movió su silla.
El padre dijo a su hijo.
Nunca se olvide lo que viste hoy.
El zapatero, fue humilde y acepto la reclamación callado.
Este hombre de la nada formo un tremendo lio y no acepto la reclamación.
Los hombres útiles, que hacen algo útil, no se incomodan se son llamados de inútil.
Sin embargo los inútiles, siempre se juzgan importantes y esconden su incompetencia detrás de su autoridad.
Filipenses 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
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Fuerte lleva a las personas a pensar
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