Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Romanos 2:1
Había en un pequeño pueblo, una casa llamada la casa de los mil espejos.
Cierto día un perrito resolvió pasear por esta casa.
Cierto día un perrito resolvió pasear por esta casa.
Y llegando haya, cuando se paro delante de la puerta, con sus orejitas empinadas y su colita moviendo lo mas rápido posible, el se dio cuenta que del otro lado también había mil perritos, con las orejitas paradas y su colita moviendo rápidamente.
El se puso feliz y abrió una gran sonrisa y fue correspondido por mil sonrisas y se fue del lugar contento.
En este mismo pueblo había un otro perrito, que también quiso visitar la casa de los mil espejos, pero este era amargado.
Cuando se acerco a la puerta de la enorme casa de los mil espejos, se paro y dio una mirada hostil, gruño y también enseño los dientes.
Luego se puso horrorizado pues del otro lado había también, mil perritos, gruñendo y enseñando los dientes para el.
Cuando salió pensó: que lugar horrible nunca mas regreso aquí.
Y usted: ¿como a mirado los espejos que encuentran a su alrededor?
Piense en esto.
La manera que usted ve las personas, puede ser reflejo de su comportamiento.
muy cierto pastor es un muy buen punto para meditar y examinar nuestra forma de ser i lo mas importante ser feliz uno consigo mismo saludos desde houston. biro muy en su papel en la foto.
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