En mi angustia invoqué al Señor, y clamé a mi Dios; desde su templo oyó mi voz, y mi clamor delante de Él llegó a sus oídos. Salmo 18:6
¿Quién de nosotros no se ha sentido nunca angustiado, triste por un problema?
Estoy seguro de que todos hemos pasado por una situación parecida.
Y Dios permite incluso esos momentos de angustia, de lucha, para probar nuestra fe y ver cuán fieles somos a Él y a su palabra.
Así que mi consejo es:
En medio de las luchas, las dificultades, la angustia, las penas que enfrentamos debemos nos aferrarnos a Dios.
Ore, lee la Biblia, santifica tu vida, ve a la iglesia, sé fiel a Él.
Porque así, Él desde su templo escuchará tu voz, oirá tu clamor y tendrá una respuesta.
Él bendecirá tu vida y tu vida glorificará su nombre y magnificará el poder del Señor Jesús.
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