viernes, 6 de agosto de 2021

SI MI PUEBLO ME HUBIERA ESCUCHADO



¡Oh, si mi pueblo me oyera, si Israel anduviera en mis caminos! En un momento yo subyugaría a sus enemigos y volvería mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen al Señor le fingirían obediencia, y el tiempo de su castigo sería para siempre. Pero yo te alimentaría con lo mejor del trigo, y con miel de la peña te saciaría. Salmos 81:13-16

 

La primera palabra que Dios dice "Oh" es como si Dios dijera qué decepción.

Porque Dios, como Padre, tiene lo mejor para ofrecernos, pero si no queremos aceptarlo, no puede forzarlo.

 

Dos cosas pide Dios, que andemos por sus caminos y que vengamos a escuchar su voz.

 

La promesa es que si hacemos esto con todo nuestro corazón, él vencerá a todos nuestros enemigos, dará lo mejor de esta tierra y la abundancia reinará en nuestras vidas.

 

Pero para que esto ocurra tenemos que aprender a obedecer su palabra y caminar según su voluntad.

 

Y, por supuesto, no se trata sólo de las bendiciones terrenales prometidas por Dios.

Cuando actuamos así, tenemos derecho a la vida eterna, que es nuestro mayor tesoro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario