Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec. Éxodo 17:11
Este versículo nos enseña la importancia de nuestra perseverancia en la oración.
Cuando la Biblia dice que Moisés levantaba sus manos, nos está enseñando que estaba ministrando la victoria a la nación de Israel.
Pero, como cualquier ser humano, Moisés también se cansaba.
Y cuando el cansancio se levantó el enemigo prevaleció contra el pueblo de Israel.
¡Mira qué enseñanza tan maravillosa!
Cuando estamos en constante oración como enseña las escrituras, orando día y noche, no damos ventaja a nuestro enemigo.
Sin embargo, cuando nos cansamos, somos perezosos y nos desanimamos, dejamos de orar el enemigo ataca y causa estragos en nuestras vidas.
Así que mi consejo es que levantes las manos, ore por la mañana, por la tarde, por la noche, como hizo Daniel y creas que las bendiciones llegarán a tu vida.
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