Casarse con un incrédulo, no es realmente una opción si un cristiano quiere permanecer obediente al Señor.
Un cristiano que esté considerando casarse tiene una guía clara en 2 Corintios 6:14, que dice: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; ¿Qué sociedad puede haber entre la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión, de luz con oscuridad?”
La idea viene directamente de la granja: si dos animales incompatibles comparten el mismo yugo, trabajarán continuamente uno contra el otro.
Es mucho mejor combinar animales similares.
La ilustración tiene una aplicación espiritual: dos personas unidas de alguna manera y trabajando juntas deben tener la misma naturaleza y compartir metas espirituales similares.
No tiene sentido unirse a un incrédulo y esperar buenos resultados.
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