"Tomó, pues, El Señor Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó El Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás." Génesis 2:15-17
¿Faltaba algo para Adán?
¡Nada!
Tenía derecho a todo, más Dios había dicho no coma de este árbol.
¿Dios necesita de un árbol?
¡No!
¿Por qué, pidió para no comer de aquel árbol?
Todo lo que Dios desea del ser humano, es obediencia a su voz.
El hablo a Adán, el día que coma de este árbol, usted va a morir.
¿Cuándo Adán comió, el murió inmediatamente?
¡No!
La muerte que Dios hablaba, era la muerte espiritual.
Perdió la comunión con Dios, perdió todo, fue expulso del paraíso, sus hijos
uno mato al otro, la desgracia entro en su vida.
Infelizmente, esa ha sido la vida de muchas personas, no quieren oír la voz de
Dios.
Y lo que pasa en su vida es lo mismo, la muerte espiritual, nada le sale bien,
no tiene paz, no progresa, familia destruida, etc.
¿Cuál es la solución?
Volverse hacia Dios, obedecer su palabra y con certeza las cosas van empezar a
avanzar.