Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a
perseguir a una luciérnaga.
Ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no
pensaba desistir.
Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada.
En el tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
- Puedo hacerte tres preguntas?
-
No acostumbro dar este precedente a nadie, pero como te voy a devorar, puedes
preguntar.
-
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
-
No.
-
¿Yo te hice algún mal?
-
No.
- Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar.
Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos
preguntamos:
¿Por qué me pasa esto, si yo no he hecho nada malo, ni daño a nadie?
Sencillo es de responder...
¡Porque no soportan verte brillar!
...
Cuando
esto pase, no dejes de brillar, continúa siendo tú mismo, continúa y sigue
dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor.
No permitas que te lastimen, no permitas que te hieran, sigue brillando y no
podrán tocarte...
Porque tu luz seguirá intacta.
Tu esencia permanecerá, pase lo que pase...
Se siempre auténtico, aunque tu luz moleste a los predadores.
miércoles, 18 de julio de 2012
LA SERPIENTE Y LA LUCIÉRNAGA
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