!!Oh, si me hubiera
oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel! En un momento habría
yo derribado a sus enemigos, Y vuelto mi mano contra
sus adversarios. Los que aborrecen al Señor se le habrían
sometido, Y el tiempo de ellos sería para siempre. Les sustentaría Dios
con lo mejor del trigo, Y con miel de la peña les
saciaría. Salmos
81:13-16
Una de las cosas
más tristes que puede suceder a un padre es que su hijo no le oiga, no le haga
caso.
Pues seguro que todo y cualquier consejo que un padre de para su hijo siempre estará deseando lo mejor.
Pues seguro que todo y cualquier consejo que un padre de para su hijo siempre estará deseando lo mejor.
De la misma forma es Dios para con nosotros, cuando Dios nos orienta, cuando Dios nos reprende, cuando Dios nos guía aunque no sea nuestra voluntad, con seguridad es el mejor para nosotros.
Y en ese pasaje bíblico Dios está hablando con sus hijos, Oh si usted me escuchara yo daría lo mejor, yo destruiría a sus enemigos, su vida sería próspera y bendecida.
Podemos ver a través de este versículo que la razón del fracaso en la vida de muchas personas se da por el simple motivo de no querer obedecer la voz de Dios.
Pues él deja bien claro, si obedecemos su voz él nos sostendrá con lo mejor de esa tierra y con certeza lo más importante nos dará derecho a la vida eterna.
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