Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Lucas 16:22
Según la palabra de Dios, todos seremos juzgados un día.
Todos tendremos que rendir cuentas ante el Dios todopoderoso.
Si tenemos la Biblia con nuestra fuente de inspiración y fe, sabemos que unos van al cielo o al paraíso y otros van al infierno.
Pero ese juicio no tiene nada que ver con la condición económica de cada persona.
Aquí dice que el rico fue al infierno y el pobre se fue al cielo.
Si leemos toda la historia vamos a ver que el rico se quema en el fuego del infierno y pedía ayuda a Lázaro que estaba en el seno de Abraham.
El hecho de que Lázaro esté en el seno de Abraham ya muestra que no tiene nada ver la condición financiera, pues Abraham fue muy rico y estaba salvo.
La salvación se dice acerca de obediencia y temor a la palabra de Dios.
Otro mito que podemos sacar de esta historia, es un mito que dice que ser pobre es ser humilde.
La humildad viene del carácter y no de la condición financiera pues volvemos a hablar de Abraham que era rico pero era un hombre humilde temeroso de Dios y por eso estaba salvo.
Para concluir esta historia tenemos que preguntarnos a nosotros mismos todos los días.
Si Jesús volviese hoy a donde iría mi alma?
Si yo morir hoy a donde iría mi alma?
Porque a través de este pasaje bíblico Dios deja bien claro que no tiene medio término o cielo o entonces el infierno.
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