Maldito el que hiciere indolentemente la obra del Señor, y maldito el que detuviere de la sangre su espada. Jeremías 48:10
Cuando nos proponemos hacer la obra del Señor Jesús, tenemos que tener en mente que es una gran responsabilidad.
Cuando digo hacer la obra del señor Jesús, no es usar uniforme o tener un título dentro de la iglesia.
No, no necesariamente, pues podemos ser sólo miembros de una iglesia pero ser parte del cuerpo del Señor Jesús y siervo de él llevando la palabra a todos los que necesitan.
Más que tengamos la conciencia de que siempre que servimos a nuestro Dios debemos hacer nuestro mejor.
Pues, cuando pedimos siempre pedimos lo mejor.
Entonces en el momento de dar y hacer la obra de Dios, tenemos que tener la misma consideración y hacer lo mejor.
Porque a través de este versículo, Dios deja bien claro que él no acepta lo peor.
Él dice que maldito el que hace las cosas con indolencia.
Entonces todo lo que hagas haga lo mejor.
El mejor en su oración, el mejor en su ayuno, el mejor de su evangelización, el mejor en su testimonio, sea el mejor padre, el mejor hijo, el mejor alumno, mejor patrón, el mejor empleado ...
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