Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás? Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí. Génesis 3:9-10
Podemos ver a través de la palabra de Dios que cuando una persona es llevada por el pecado inmediatamente entra en su corazón, el miedo y la malicia.
Porque hasta entonces Adán caminaba desnudo ante Dios y no había miedo, no había malicia.
Pero después del pecado, comenzó a sentirse avergonzado de Dios y también tuvo miedo de Dios.
Hoy en día no es diferente, la persona está en comunión con Dios, pero de repente oye la voz del mal, se deja llevar por la tentación y cae en pecado.
Poco después comienza a sentirse avergonzada de Dios.
La malicia entra en tu corazón, comienza a ver todas las cosas de Dios con malicia, y junto entra el miedo.
Se convierte en una persona cobarde y temerosa, todo porque ha perdido la presencia del Dios todopoderoso.
Poco después de que ella comienza a sentirse avergonzada de Dios, la malicia entra en su corazón.
Mi consejo para esa persona es:
- Reconoce tu pecado, no culpes a nadie, arrepiéntete, regresa a los brazos del Señor Jesús.
Porque hemos visto que el regreso de nuestro Señor Jesús está muy cerca y no podemos jugar con nuestra salvación.
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