El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha. Proverbios
13:4 LBLA
La palabra de Dios siempre nos aclara todas las cosas.
A través de este versículo podemos entender que no basta con desear, porque
cuántas personas traen sueños, metas, objetivos al corazón, pero nunca los
alcanzan.
Por una simple razón, ¡no toman ninguna decisión!
Se paran, se quedan postrados, por miedo, inseguridad o algo parecido.
Así que desear no te lleva a ninguna parte.
Lo que marca la diferencia es la persona que actúa.
Diligente es el que no se conforma con la situación, lucha para alcanzar, se
esfuerza, hace lo que sea y por eso, enriquece, prospera, triunfa y glorifica
el nombre del Señor Jesús.
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