viernes, 25 de septiembre de 2020

TIENES QUE ACTUAR Y CREER

 

Una vez, un barquero ayudó a un hombre a cruzar un río.
Al entrar al bote, el hombre notó que la palabra ACTUAR estaba escrita en uno de los remos y la palabra CREER en el otro.
Curioso, el hombre le preguntó al barquero el motivo de esos nombres.
El barquero tomó el remo que decía "creer" y empezó rema con todas sus fuerzas.
El barco empezó a girar, sin salir del lugar donde estaba.

Luego tomó el remo en el que estaba escrita la palabra "actuar" y remó con todas sus fuerzas.
El barco volvió a girar, sin ir más lejos.
Finalmente, el viejo barquero sostenía ambos remos y los movía al mismo tiempo: propulsado por ambos lados, el barco navegó por las aguas del río y llegó tranquilamente a la otra orilla.

Entonces el barquero dijo al viajero:
- Este barco se puede llamar confianza en sí mismo.

Y el margen es el objetivo que queremos conseguir.
Para que el barco de la confianza en sí mismo navegue con seguridad y alcance la meta deseada, debemos utilizar ambos remos al mismo tiempo y con la misma intensidad:
Actúa y cree.

La palabra de Dios nos enseña a trabajar y a no desanimarnos.
Sigue sembrando y creyendo que veremos los frutos.

Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si lo uno y lo otro es igualmente bueno.
Eclesiastés 11:6

 

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