miércoles, 30 de diciembre de 2020

DIOS DE RIQUEZA


Mía es la plata y mío es el oro, declara el Señor de los ejércitos. Hageo 2:8 LBLA

 

Sabemos que el Dios al que servimos es un Dios que vino a traer vida y vida en abundancia.

Desde el momento en que comenzamos a creer en Él y le entregamos nuestras vidas, automáticamente también tenemos el derecho a una vida próspera y bendecida.

 

Esto no significa que no enfrentaremos luchas o dificultades financieras, lo enfrentaremos en algún momento de nuestra vida.

Pero sabiendo que nuestro padre, nuestro Dios es el dueño de todas las riquezas de este mundo.

 

Porque Él mismo dijo que lo mío es plata y lo mío es oro. En ese momento empiezo a tener el derecho, a pedir prosperidad a El, porque como hijo también soy heredero de la promesa de nuestro Señor Jesús.

 

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