-Hay personas en las que invertirás tiempo y recursos, y aun así, algunos se
irán de tu lado diciendo lo que no hiciste por ellos.
-Hay personas de “bajo consumo” no demandan mucho de ti, sin embargo son leales
y permanecerán muchos años sirviendo contigo.
-Hay personas que solo son “miembros de la Iglesia”, pero no quieren hacer
parte del cuerpo de Cristo.
-Hay personas a las que casi nunca visitarás en su casa, pero estarán ahí
congregándose fielmente en la casa de Dios.
-Hay personas que cuando están en alguna dificultad o enfermedad no te lo
dirán, sin embargo cuando te vean, se quejarán de que no los visitaste cuando
estaban en tribulación y se lo dirán a otros.
-Hay personas que siempre creen que podrían hacer mejor el trabajo pastoral que
tú, porque tienen más títulos o ideas pero no un llamado y sin embargo dirán:
“si yo fuera el pastor haría esto”.
-Hay personas que son muy serias, muy introvertidas, pero resultan un tremendo
apoyo para la casa de Dios y el ministerio pastoral. Otros son muy efusivos y
continuamente dicen: “deberíamos de hacer esto”, pero hacen muy poco o nada.
-Hay personas que sin buscar, Dios enviará a tu ministerio y se convertirán en
una columna de apoyo para la congregación que pastoreas.
-Podrás hacer 100 cosas bien y nadie lo aplaudirá, pero una sola cosa que hagas
equivocada porque finalmente eres humano, muchos lo señalaran.
-Podrás invertir horas en el sermón del domingo, horas en los estudios bíblicos
y hay quienes estarán en su celular cuando tú estés hablando.
-Habrá quienes valorarán tu dedicación, pero hay quienes dirán que no haces mas
que su obligación.
-Habrá quienes esperan de ti que siempre estes disponible y que nunca descanses
porque “no haces nada”.
Habrá quienes valoraran tu trabajo y respetarán su tiempo de descanso.
Si me preguntaran qué es lo más hermoso del pastorado diría que después de Dios
es la gente. Y si me preguntaran qué es lo más difícil del pastorado, diría que
la gente.
El pastorado, si no se desarrolla con la perspectiva correcta y un auténtico
llamado puede resultar muy frustrante, pero si servimos con el enfoque de amar
a Dios y amar a las personas a pesar de las imperfecciones, será una ocupación
muy gratificante y satisfactoria.
¡Que el príncipe de los pastores bendiga a todos los pastores , fortalezca su
corazón, su fe y su emocional y te haga fructificar donde quiera que estés, que
provea en la iglesia, personas que ame a Dios y te ame a ti, que valore su
entrega y dedicación y que juntos extiendan el reino de los cielos, en el
nombre de Jesús. Amén!
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