Si oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bienestar, Y sus años en dicha. Pero si no oyeren, serán pasados a espada, Y perecerán sin sabiduría. Job 36:11-12
Presta mucha atención a ese versículo.
Todos tenemos que entender que la Biblia es un libro de principios.
Un libro en el que tenemos derechos pero no podemos olvidar nuestros deberes.
Aquí nos enseña muy claramente, cómo encontrar la felicidad, escuchar, servir, obedecer.
Muchos pensarán que Dios es un verdugo, que impone y fuerza las cosas.
¡Digo que no!
¿Por qué no?
Porque este Dios es un padre, y como todo padre quiere lo mejor para sus hijos.
Cuando dice escucha, sirve, es justamente porque él ya conoce el camino, conoce los pasos que damos que traerán bendición o maldición a nuestras vidas.
Él es el creador del universo, conoce todas las cosas y cuando obedecemos su palabra todo va bien en nuestras vidas.
Pero cuando permitimos que la desobediencia gobierne nuestro corazón somos atravesados por la espada, ¿qué significa eso?
Nos hieren, nos compadecen por las decisiones que tomamos.
¡No pienses que Dios está castigando!
¡No!
Somos nosotros mismos los que recogemos el fruto de lo que sembramos, así que obedece, hazlo y sé feliz.
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