¡Hermanas!
¡Gracias por ser esposa de pastor!
Gracias por todo lo que haces detrás de escena que nadie sabe.
Gracias por quedarse después de la iglesia para que su esposo pueda ministrar a alguien cuando quiera irse a casa.
Gracias por no quejarte cuando tu esposo tiene que ir a otra visita y querías pasar tiempo con él.
¡Gracias por servir en la guardería, las clases de niños y la iglesia juvenil... una y otra vez!
Gracias por lavar los platos y limpiar la cocina de la iglesia.
Gracias por las horas de oración por las familias de los miembros de la iglesia.
Gracias por cuidar al pastor para que pueda servir a Dios y alcanzar a otros para Cristo.
Gracias por ponerte a ti mismo en último lugar y la causa de Cristo en primer lugar.
¡Espero que tengas un mes increíble! Y si nadie más lo dice...
Adelante en el nombre de Jesús!
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