No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. Romanos 12:21
Vence al mal con el bien.
Así es, esa persona que una vez te lastimó, si necesita tu ayuda hoy, extiende tu mano.
Dos cosas serán muy claras.
Ella se sentirá humillada y avergonzada y, por otro lado, verá al Dios que habita en ti.
Porque en realidad no deberíamos ser influenciados por otros, pero tenemos que influir en las personas que nos rodean.
Entonces, incluso si vienes a trabajar o estudiar en un lugar donde las personas no hacen el bien, no te van a influenciar.
Su testimonio va influir a ellos, su carácter podrá mostrarle a la gente que vale la pena hacer el bien.
Trae recompensa y la honra de Dios.
Así que no te dejes vencer por el mal, sino vence el mal con el bien.
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