Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, que es donde irás a parar, no se hace nada ni se piensa nada, ni hay conocimientos ni sabiduría. Eclesiastés 9:10 DHH
Todo cristiano debe llevar este versículo a su corazón.
La palabra nos enseña que no debemos hacer las cosas más u menos, de malas ganas, ser negligente.
Recuerdo cuando el Señor nos enseña que El busca a los que lo adoran con todo el corazón, entonces Dios lo deja muy claro, que no acepta nada por la mitad, las cosas deben hacerse con todas nuestras fuerzas.
La razón del fracaso en la vida de muchas personas se debe a la misma razón, todo lo que llega a sus manos lo hace de manera negligente.
Tenemos un hermoso ejemplo la historia de José, como hermano fue el mejor, como esclavo fue el mejor, preso fue el mejor preso, en la casa de Potifar se convirtió en líder, en otras palabras todo lo que hizo estuvo siempre preocupado por hacer con todas tus fuerzas.
Hay personas que se contentan con ser un empleado mediano, no son un buen padre o quizás una buena madre, es decir, todo se hace de mala gana o de cualquier forma.
Entonces no tiene éxito.
Porque tu vida suele ser el resultado de lo que haces.
La palabra de Dios nos guía hoy, haz todo con todas tus fuerzas y verás resultados que seguramente cambiarán y bendecirán tu vida.