Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? Juan 14: 8-9 ARC
Este pasaje muestra el carácter del verdadero hijo de Dios.
Felipe le dijo al señor Jesús que quería conocer a su padre.
Jesús respondió quien ve a mí ve al padre, no por la similitud física, sino por las actitudes y el carácter.
Todo hijo lleva en su ADN alguna semejanza de su padre, sea ella física, comportamiento, genio, etc.
Espiritualmente hablando no es diferente, si usted se dice hijo de Dios, la gente va a reconocer esto no por sus palabras.
Ellas tienen que reconocerlo por sus actitudes, por su comportamiento, por su carácter.
No basta con asistir a una iglesia.
Las personas que miran a nosotros tienen que reconocer que Dios habita en nosotros.
De que me sirve frecuentar una iglesia, pero guardar resentimiento, hablar malas palabras, tengo enemigos, no soy justo, engaño a otras personas, quiero siempre llevar ventaja ...
La pregunta es:
¿Será que de esta manera yo sería realmente un Hijo de Dios?
¡Claro que no!
Piense en eso, si usted de hecho de verdad es hijo de Dios, quien mira su comportamiento, tiene que ver la presencia de Dios en su vida.
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