Él es quien te sustentó en el desierto con maná, comida que no habían conocido tus padres, con el propósito de humillarte y probarte para al final hacerte bien. Deuteronomio 8:16 RVA2015
Un dicho dice que un estómago vacío, una billetera vacía y un corazón partido nos enseñan las mejores lecciones de la vida.
Y creo que Dios a menudo trabaja de esta manera.
Dios nos permite a menudo ser humillados, pisados para probar nuestra fe, para probar nuestra confianza en Él y para hacernos madurar en la fe.
No significa que Dios te ha abandonado, que quiere tu sufrimiento, ¡no!
Por el contrario, Él quiere hacer algo grandioso y glorioso en su vida.
Pero antes de que eso suceda, Él te permitirá ser probado, que pase por luchas y dificultades, para ver cual es el grado de su confianza.
Porque si nos mantenemos firmes, como lo muestra la palabra de Dios al final, Él nos hará bien.
Y cuando el versículo dice al final, no significa solo en la vida eterna.
Significa que al final de la lucha, la dificultad, el desierto que enfrentas aquí en este mundo, Dios se manifestará en tu vida haciendo que tu testimonio glorifique Su nombre, y quien escuche se quedará con la boca abierta.
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