Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. Marcos 1:40-42 RVR
La palabra de Dios a través de esta historia nos enseña algo muy interesante.
No es la voluntad de Dios que vengamos a sufrir.
Aunque quizás en ciertos momentos pasemos por dificultades, problemas y incluso enfermedades, en ningún momento debemos aceptar, cada momento tenemos que orar, usar nuestra fe y determinar un milagro en nuestras vidas.
Cuando el leproso se acercó al Señor Jesús, dijo:
-Señor si quieres puedes purificarme.
En otras palabras, no sé si quieres hacerlo, pero tienes el poder de realizar un milagro.
Jesús pudo responder:
"No lo quiero, no tengo tiempo, vuelve mañana, es tu karma, es tu destino, es la cruz que tienes que cargar, pero eso no es lo que Jesús dijo".
¡Jesús dijo que si quiero!
Él quiere que venzas en este mundo, así que tenemos que tener la misma fe que tuvo aquel leproso.
Según la ley, un leproso no podía acercarse a la ciudad, cuando se acercaba al Señor Jesús estaba arriesgando su vida, era todo o nada.
¿Si te encuentras enfermo, con problemas económicos, hijo en adicciones, matrimonio fracasando?
Nuestro Señor Jesús te invita hoy a todo o nada.
¿Qué quieres decir con eso pastor Daniel?
Entrarás a tu habitación, doblarás la rodilla y hablarás con Dios ahora mismo y le dirás qué problemas estás enfrentando.
Y va decir señor a partir de hoy, propongo obedecer su palabra, seguir sus caminos y yo, por mi fe, determino un milagro en mi vida.
Por supuesto, no esperes que sea como una magia, el milagro puede acontecer hoy, mañana, en una semana, en un mes, un año a partir de hoy, pero si te mantienes firme, obedeciendo a nuestro Señor Jesús, con seguridad Él hará que el milagro suceda en tu vida.
No te rindas, no te desanimes, mantente firme.
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