Una vez, hacía mucho calor en el salón de clase de una universidad.
Sin embargo, el maestro no tomó la iniciativa de encender el aire acondicionado.
Los estudiantes comenzaron a quejarse del calor.
De repente, un estudiante dijo en voz muy cortés:
- Por favor, profesor, ¿podría encender el aire acondicionado?
El maestro se levantó inmediatamente y encendió el dispositivo.
Los
estudiantes se metieron con su compañera de clase y la llamaron la querida del
maestro.
El maestro miró a la clase y dijo:
- No es nada de eso.
Ella fue quien me preguntó.
Todos prefirieron quedarse quietos, sin mostrar ninguna iniciativa para resolver el problema.
Situaciones como esta se están multiplicando en la vida cotidiana de las personas.
Piensa en las cosas que realmente quieres y actúa sobre la mejor manera de lograrlas.
Verá cómo su actitud puede ayudar a eliminar muchas de sus limitaciones.
De mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas. Eclesiastés 11:6
El maestro miró a la clase y dijo:
- No es nada de eso.
Ella fue quien me preguntó.
Todos prefirieron quedarse quietos, sin mostrar ninguna iniciativa para resolver el problema.
Situaciones como esta se están multiplicando en la vida cotidiana de las personas.
Piensa en las cosas que realmente quieres y actúa sobre la mejor manera de lograrlas.
Verá cómo su actitud puede ayudar a eliminar muchas de sus limitaciones.
De mañana siembra tu semilla y a la tarde no des reposo a tu mano, porque no sabes si esto o aquello prosperará, o si ambas cosas serán igualmente buenas. Eclesiastés 11:6
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