Los que siembran con lágrimas, con regocijo segarán. El que va llorando, llevando la bolsa de semilla, volverá con regocijo trayendo sus gavillas. Salmos 126:5-6
Sabemos muy bien que en este mundo nos enfrentamos a problemas y dificultades.
Cuando estamos ahogados por la tristeza, por los problemas, no podemos dejar de luchar.
Hay que seguir luchando, sembrando aunque sea en medio de las lágrimas.
Yo mismo puedo decir que en tantas luchas que he afrontado, algunas oraciones que he hecho eran sólo lágrimas, no había ningún sonido en mi boca.
Pero lo hermoso es saber que nuestro Dios, dice que honrará esas lágrimas.
Él nos bendecirá, aunque sembremos con tristeza, con angustia, cosecharemos con alegría, con satisfacción, con la bendición y el poder de Dios.
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