He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
Yo te hago una pregunta:
¿El diablo, él pide permiso para entrar en la vida de alguien?
¡No!
Pero con el Señor Jesús es totalmente diferente.
Nuestro Dios nos dio el libre albedrío.
Él no desea que le adoremos como una obligación, como robots programados.
Él toca la puerta de nuestro corazón.
Nuestro Señor Jesús es caballero, Él pide permiso para entrar.
Ahora la decisión de aceptar o no es totalmente nuestra.
Tal vez dentro de ti, en tu casa, en tu trabajo, en ese momento estás enfrentando un gran problema.
Pero no te olvides, El Señor Jesús está tocando su puerta.
Si usted deja El entrar, va a sanar, restaurar, bendecir y dar el derecho a la vida eterna.
¡Abra hoy mismo la puerta de su corazón, y deje entrar al Señor Jesús!
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