Una vez, un hombre le preguntó a un sabio:
- Si usted fuera invitado a dirigir el país, lo que sería su primer paso?
- Aprender los nombres de mis asesores.
- Perdone, pero ¿no parece una tontería? - Dijo el hombre. - ¿Esta es la
principal preocupación de un presidente?
A lo que el sabio respondió:
- Un hombre no puede recibir la ayuda de los que no conocen.
Si él no entiende la naturaleza, nunca entenderá a Dios.
Del mismo modo, si usted no sabe quién está de su lado, no tienes amigos.
No hay amigos, no puede establecer un plan.
Sin un plan, no puede conducir a nadie.
Sin dirección, el país se hunde en la oscuridad, ni los bailarines
saben decidir qué pie debe dar el siguiente paso.
Sí, un movimiento aparentemente trivial como saber el nombre de quien está a tu
lado, puede hacer una gran diferencia.
El mal de nuestro tiempo es que todo el mundo quiere arreglar todo solo, y al
mismo tiempo, sin recordar que se necesita mucha gente para hacer esto.
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