Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Proverbios 4: 20-22
En este pasaje bíblico Dios está hablando con sus hijos, en otras palabras los que hacen su voluntad.
Él dice atenta para mis palabras, no las deje apartarse de tus ojos.
Dios nos está enseñando que nunca debemos perder la visión o el blanco al que hemos sido llamados.
Él sigue diciendo y pidiendo que vayamos a guardar su palabra.
Pero no guardar de cualquier manera o de malas ganas.
Él está mandando guardar en medio de nuestro corazón.
Es decir guardar esa palabra con todo cariño y celo y ciertamente obedecer.
El hijo verdadero que consigue hacer esto va a encontrar vida y salud para su cuerpo.
Desafortunadamente la razón que hay muchas personas enfermas es porque ellas conocen la palabra de Dios, pero no quieren guardar en su corazón y por esa razón el mal encuentra una brecha para poder entrar y hacer morada en el cuerpo de esa persona.
Cuando Dios dice que vamos a encontrar vida, Él está diciendo una vida abundante o sea que vamos a tener paz, alegría, estabilidad económica y la certeza dentro de nuestro corazón de tener nuestro nombre escrito en el libro de la vida.
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