Todas las cosas son puras para los puros, mas para los corrompidos e incrédulos nada les es puro; pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas. Tito 1:15
Vivimos en un mundo lleno de maldad.
Donde desafortunadamente el ser humano es capaz de hacer cualquier cosa para obtener poder y dinero.
El ser humano es capaz de robar, matar, destruir, condenar, engañar, cometer injusticias y tantas otras cosas.
Con el objetivo de "aparentemente" subir en esa vida.
Para ese tipo de persona nada es puro, pues así como ella es una persona de mal carácter, ella piensa que todo el mundo es igual a ella.
Este tipo de persona siempre ve el evangelio, la palabra de Dios con malos ojos.
Siempre con ojos de condenación.
¿Qué podemos hacer por ellas?
Orar!
Es lo único que podemos hacer por ellas.
Ella es impura y siempre va a ver todo con impureza y maldad.
Pero para aquellas que se convierten, ellas son puras.
Como dice el Señor Jesús, siempre va a tener buenos ojos para ese mundo.
Tal vez serán tenidos por el mundo como tontos.
Pero no importa, porque no queremos agradar al hombre.
Nuestro objetivo principal es agradar a nuestro Dios todopoderoso.
Nuestra recompensa vendrá de Él.
Aunque en ese mundo venimos sufriendo injusticia y dificultades, nuestro Dios nos honrará aquí.
Y lo más importante, tendremos derecho a tener nuestro nombre escrito en el libro de la vida.
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