-Generalmente en esa época de final de año, las grandes empresas se preparan para hacer el cierre financiero, por medio de muchas cuentas, cálculos y planillas, todos quieren saber el balance final;
-Hubo lucros? Hubo Pérdidas? Perjuicios? Hubo crecimiento? Cuáles son las nuevas metas? Como serán las nuevas estrategias? Y así por delante…
Y también en esa época, vemos muchas personas haciendo lo mismo en su vida personal, que también está perfecto, pero cuantos de nosotros estamos haciendo un balance como ese en nuestra vida espiritual?
Será que estoy terminando el año con la misma fe de cuando lo inicié?
Con la misma santidad?
Con la misma ganas de servir a Dios?
Hubo un crecimiento espiritual?
Cuando fue que me enfrié?
Cuáles son mis metas para 2024?
Que es lo que voy a renunciar por amor a Jesús en ese año?
Cuáles serán mis estrategias para que el diablo no encuentre espacio en mi vida?
Y tantas otras preguntas que una debe hacer a sí mismo, en esa época de nuevos comienzos!
Por supuesto, que no si sentirá bonito no haber tenido ganancias, uno darse cuenta que en ese año, en el lugar de progresar en la vida con Dios, uno se retrocedió, uno se debilitó, pero peor aún, será empezar el 2024 con esa misma actitud!
Quieres conquistar?
Quieres casar?
Quieres prosperar?
Quieres se profesionalizar?
Se independizar?
“Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, entonces todas estas cosas les serán añadidas.” Mateo 6:33 NVI
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