lunes, 17 de diciembre de 2018

¿CUAL ES EL AYUNO ESCOGIDO POR DIOS?



¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable al Señor? ¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del Señor será tu retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá El Señor; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. ISAÍAS 58:5-11

¿Cuál fue el ayuno escogido por Dios?
Él deja bien claro, Él desea que se destruya la injusticia y la impiedad.
Que deje la opresión, que vayamos a repartir el pan.
Es decir, ayudar al que necesita.

No haga vista gorda del sufrimiento ajeno, ayude al necesitado
Si hacemos eso nuestra luz va a brillar, la sanidad va a llegar.
Él hará justicia en nuestras vidas.

La gloria de Dios brillará en nosotros.
Clamando a Él ciertamente responderá.
Él te guiara continuamente, todos los días.
Hasta en las tinieblas nuestra luz brillará.

Resumiendo, cuando hacemos el bien al prójimo, nos estamos bendiciendo a nosotros mismos.

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